martes, 7 de febrero de 2006

[07-02]

En la noche llega la sordera de los sordos,
la videncia de los videntes y la locura de los locos.
Vienes pues a esta hora con los ojos claros
a penetrar mi futuro con tus suspicacias.
Vienes así, sin escuchar razones,
sin meditar perdones,
con tu alma urgida y agobiada
por las ilusiones del tiempo y de la individualidad;
mas tus palabras no han podido sino ser inspiradas
por la divinidad que guia tu decisión.

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