jueves, 18 de septiembre de 2008

"La furia del infierno hierve en mi corazón"

Los rugidos del mundo despiertan
y se agitan como un mar poseido por la ira
cuando tú te silencias.
Se agita mi espíritu como se agitó el universo
en sus orígenes,
cuando se condensó el espíritu del dolor
que colmaba el vacío.
Quiero repetir eternamente
el profundo y hermoso dolor de la ansiedad
de saber cuáles eran tus motivos,
aunque eso implique recordar una y otra vez
que yo era un puente, que yo era una fuente,
y no el amado destino.
¡Que lo olvides siempre!
¡Que lo pierdas siempre!
¡Que no percibas siempre
todos los vínculos de la naturaleza!

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