viernes, 29 de mayo de 2009

caed II

Dibujé su filo con mis letras
y tomé mi pluma entre mi boca:
a ella con mis dientes me aferré.
No sentí miedo cuando la hoja
empezaba a caer,
yo mismo la desaté.
¿Cómo iba a saber que mi consciencia
perduraría tantos segundos después?
Aquí estoy, a una esfera
he reducido mi extensión,
sumido en esta impotencia
soy por fin pura contemplación,
un ser consciente de su extinción....

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